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EL BOTÁNICO O JARDÍN DE ACLIMATACIÓN DE LA OROTAVA
<<< Puerto de la Cruz, Tenerife >>>

Uno de los lugares imprescindibles para el aficionado a las plantas que visita Tenerife es el Jardín de Aclimatación de la Orotava, más conocido como el Botánico, en el Puerto de la Cruz. Por eso estamos allí a primera hora de la mañana, nada más abrir las puertas. Tras la escalinata de basalto negro, el pórtico de matices orientales y el pago de los 3 €, nos adentramos en una luz aún tímida, tamizada a través de un techo vegetal tan espeso que me hace pensar si debo usar el flash. Y tras un primer vistazo a las frondas que nos esperan, debo comprobar si tengo suficiente espacio en la tarjeta de memoria de la cámara. Nada más entrar sube de la tierra mojada un fresco vivificante, las ramas de los árboles se inclinan y gotean como si acabara de pasar una tormenta tropical. Al fondo un jardinero se afana en recoger una manguera enorme, ha terminado la hora del riego.
jardín botánico Puerto de la Cruz, Tenerife
la original entrada al Jardín

Según dice el folleto, los inicios del Jardín de Aclimatación de la Orotava se remontan hasta 1788, cuando se crea por gracia de una Real Orden de Carlos III. Es el segundo jardín botánico más antiguo de España, tras el de Madrid. Ambos se iniciaron en la misma época, durante de la Ilustración. El proyecto en sí es de 1790 y no es hasta 1792 cuando se comienzan a plantar los primeros ejemplares. Se instala en el Puerto de La Cruz, antiguo puerto del cercano municipio de La Orotava, en la isla de Tenerife. La idea era contar en territorio español con un sitio adecuado donde plantar las especies más interesantes traídas de las colonias lejanas. Una vez aclimatadas se trasladarían al clima más frío de la Península. En aquellos tiempos los terrenos del Botánico estaban lejos y aislados, encontrándose hoy en medio de un barrio populoso, quizás demasiado turístico, del casco urbano.

El Botánico tiene un trazado geométrico, con dos ejes que se cruzan en una glorieta con estanque y entre estos se alinean los pasillos rectilíneos y los cuadros de las plantas. Al final del todo está el estanque grande, que ya no tienen la función de riego para la que se creó. Y ahí acaba el orden, porque es tal la riqueza, la mezcla y exuberancia de las especies que crecen aquí que uno tendría constantemente la sensación de atravesar la selva si no fuera por estos senderos bordeados de setos por los que camina. El recinto histórico de los jardines ha sido restaurado. Cuenta actualmente con 20.000 m2 de superficie visitable. En un futuro estarán disponibles otros 40.000 m2 que se están acondicionando en un terreno anexo. Esta ampliación incluirá distintas instalaciones, como el centro para visitantes, inexistente hoy en día e imprescindible para el desarrollo de todo tipo de actividades culturales. Como buen botánico, el Jardín es además una institución científica. Alberga un herbario dedicado a la flora canaria y una biblioteca con volúmenes antiguos. Además, lleva a cabo distintas investigaciones sobre la flora de Canarias y la preservación de especies endémicas.

higuera de Lord Howe
Uno de los árboles más grandes e impresionantes del Botánico: la higuera de Lord Howe

Es una lástima que hoy en día no se conserve ninguna ordenación científica en las colecciones del jardín. Tampoco quedan registros históricos completos desde los comienzos de este valioso patrimonio vegetal, atesorado desde fines del siglo XVIII. Faltan por lo tanto datos sobre el origen y edad de los árboles más antiguos, aunque se supone que muchos superan los 150 años de edad. Entre éstos se encuentran el mamey, ciertas araucarias o un viejísimo pino canario. Pero aunque falten algunos datos, el visitante disfruta igual con los más de 2.500 ejemplares que proceden de los cinco continentes. Impresiona la belleza y diversidad de las colecciones de plantas tropicales y subtropicales, significativas por su importancia ornamental (la gran mayoría), científica (el ginkgo, las Cicadáceas) y económica (el árbol del pan, el del caucho, la vainilla, la palmera de aceite). Son muy interesantes las variedades de Palmeras (de las que hay más de 150 especies), y las colecciones Aráceas, Bromeliáceas, Cactáceas y Moráceas.

Pasamos por delante de la estatua, esculpida por Zaldívar en 1961, del VI marqués de Villanueva del Prado, personaje fundamental en los primeros tiempos del Botánico. Seguimos contemplando plantas de belleza fugaz junto a ejemplares centenarios. Algunos de los impresionantes árboles que crecen aquí destacan por su belleza, antigüedad, rareza o porque fueron traídos de lugares muy lejanos. Pero sobre todo por el tamaño, hay tanta planta aquí que nos parece enorme, desmedida. Como la higuera de Lord Howe, tan inmensa que no hay forma de rodearla. La kentia que habitualmente vemos en maceta es aquí toda una palmera. También nos llaman la atención los helechos arbóreos, las alocasias inmensas, el pandano de tronco complicado y las flores del Bijao, tan delicadas como pájaros o esculturas. Tampoco faltan los animales, aparte de los pajarillos esquivos que no da tiempo a reconocer, pululan por aquí multitud de mirlos, a veces perseguidos por el lagarto de cuello azul que aparece debajo de cada piedra en Tenerife. Algunos pasajes del Jardín parecen auténticos túneles en la jungla. Da vértigo a veces el juego de luces, de sombras y de aromas; las hojas de tantas formas, las flores y frutos de todas las tallas y colores.

pandano, pandanus utilis
Algunos visitantes del jardín alrededor de un pandano

Sin embargo no todo han sido siempre flores en el Jardín. A lo largo de su historia ha sufrido la ruina de sus antiguas instalaciones de madera, la desaparición de ejemplares, de la pajarera, de los viejos invernaderos... incluso ha sobrevivido a algún terremoto. El Jardín ha ido pasando de institución en institución, padeciendo épocas de abandono y decadencia en las que se ha visto al borde de la ruina total. Esta dejadez crónica por parte de la autoridades se ha compensado en los últimos años con un esfuerzo en la mejora de las instalaciones y su mantenimiento y de cara a la divulgación e investigación. Aunque en la actualidad todavía adolece de una escasez de medios y de personal, además de una falta de actividades para las muchas que podrían desarrollarse.
Aparte de la mini taquilla de juguete, en ningún sitio más se atiende al visitante. Se echa de menos una librería, tienda, biblioteca, puesto de información, algún lugar para tomar un café bajo estas maravillas arbóreas... hasta una página web no vendría nada mal.

A media mañana son ya muchos los visitantes que se adentran por este lugar adormecido y misterioso, quizás romántico para algunos. Pasean bajo las mismas sombras centenarias por las que lo han hecho cientos de miles de visitantes, muchos de ellos afamados científicos, naturalistas o artistas. Agotados pero contentos, nosotros buscamos el pórtico orientalizado de la salida. Un último suspiro bajo la colección de bromelias que prosperan en el viejo tronco de un ciprés calvo y nos vamos sin ninguna pena, porque estamos seguros de que vamos a volver...

garcinia tinctoria, mangostan amarillo
Uno de los muchos frutos exóticos que se pueden contemplar aquí,
en este caso el del mangostán amarillo.

Una sucursal del Botánico, mucho más discreta de tamaño pero no menos interesante, es la llamada Hijuela del Jardín Botánico. Se trata de un precioso jardín situado en el cercano municipio de La Orotava. Justo detrás del Ayuntamiento, se hallan estos preciosos jardines que eran en sus inicios la huerta del desaparecido convento de San José. Es un jardín de estilo romántico, fundado en 1.788, como centro auxiliar del Jardín Botánico de la Orotava. La intención era aclimatar aquí especies a una mayor altitud. Ocupan casi 4.000 m2 en los que encontramos plantas autóctonas del archipiélago canario y de todo tipo. Hasta la misma reja del recinto, de forja labrada con temas vegetales, es una auténtica obra de arte. Sin olvidar el casco histórico de esta pequeña villa de la Orotava, con sus callejuelas, sus casonas, molinos, iglesias y jardines que merece por sí misma una visita detenida.

El Jardín de Aclimatación de la Orotava abre todos los días de 9 a.m. a 18 p.m., excepto el 1 de enero, Viernes Santo y el 25 de diciembre.
Su dirección es calle Retama, nº 22, Puerto de la Cruz, Tenerife - Islas Canarias.
Teléfonos: 922 922 978 /  922 922 981. Fax: 922 923 138. E-mail: jao[arroba]icia.es

La Hijuela del Botánico abre de 9 a.m. a 14 p.m., salvo los sábados, domingos y festivos.
Se encuentra en la La Orotava, calle Tomás Pérez, nº 1, detrás del Ayuntamiento.

jardín hijuela del botánico, Tenerife
La ornamental entrada a la Hijuela del Botánico, en la Orotava

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