- Habrá que esperar a que lo vea el sanitario -Terminó diciendo Félix.
- No me gustaría acabar con un costurón como el de Daniel. ¿Sabes? Y eso que a él no se le nota con la camisa -Los dedos temblorosos de Antón seguían ahora con cautela el borde del vendaje, justo allí donde una costra reciente cubría la mejilla. -Lubek dice que la cara es lo más importante de un actor.
- ¿Y qué sabe Lubek? -El capote que hablaba siguió revolviéndose hasta que consiguió abrirse como un repollo sucio. Del centro asomó la cabeza grande, somnolienta y mal barbada de Gaspar.
- Lubek sabe mucho de cine -Respondió Antón sin acertar de dónde venía la voz impertinente.
- Lubek sabe mucho de todo. Aunque si supiera más de cartas no me debería las tres raciones de carne -Entre las toses y maldiciones de los que aún intentaban dormir, Gaspar se incorporó a codazos y acabó de sentarse.
- No sabéis la de películas que ha visto -Antón comenzó a cabecear en el aire acelerando las palabras. -Algunas se las conoce de memoria. Cuando era viajante de ferretería, se pasaba el día metido en los cines, por todo el país. Si le gustaba una película, repetía sesión sin pestañear, hasta que le echaban. Puede que no hiciera muchos negocios, pero os aseguro que desde entonces, si alguien entiende de cine, ese es Lubek. Y podéis pregúntale. Veréis como dice que tengo el mismo perfil que Emil Rostok.
- ¿Emil Rostok es el que sale en “El Príncipe Salvaje”?
- Ese es.
- Pues yo no creo que te parezcas mucho. -Dijo Gaspar tanteándose los bolsillos con zarpazos concienzudos.
- ¡Mira que eres ignorante! ¿No sabes que la cámara engaña? El parecido en la pantalla es lo de menos; pero él conoce a Emil Rostok en persona y dice que somos iguales, como dos gotas de agua.
- ¿De verdad conoce a Emil Rostok? -Preguntó Félix.
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PREGÚNTALE A LÜBEK