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La curiosa flor de la pasiflora
La pasionaria es una planta trepadora de hoja perenne, de la familia de las pasifloráceas. Crece con rapidez, trepa mediante zarcillos que surgen de las axilas de las hojas, alcanzando la planta hasta los 10 m de envergadura. Tiene tallos leñosos y las hojas profundamente divididas en de 5 a 7 lóbulos. Entre el verano y el otoño produce unas flores grandes y bastante curiosas. Estas flores dan nombre a la planta al representar varios elementos de la pasión de Cristo, como son el cáliz (el ovario), los clavos (los estambres), y la corona de espinas (el círculo de filamentos). El fruto tiene forma ovoide, con la corteza anaranjada, en el interior se encuentran las semillas dentro de una masa carnosa de aspecto sanguinolento, siendo comestible en algunas variedades.
El fruto y la hojas de la pasiflora
Procede: de los trópicos y subtrópicos.
Situación: a pleno sol o con algo de sombra. Es más bien delicada. En las regiones frías se situará a resguardo de un muro soleado. Le gustan los terrenos fértiles, bien drenados pero húmedos.
Cultivo: es una elección muy exótica para el jardín. Necesita ayuda para trepar, por lo que se debe desarrollar su estructura en algún soporte lo bastante sólido, como una valla, una pared o una pérgola.
Poda: en primavera se pueden aclarar los tallos, recortando los que hayan dado flor a principios del verano. Las podas severas perjudican la floración durante algunos años y hacen que crezca aún con más fuerza.
Multiplicación: en verano, mediante esquejes.
Problemas: por el vigor con que crece debe mantenerse a distancia de tejados y canalones.
Flores en medio del follaje de la pasionaria