
La mimosa púdica es de las pocas plantas que pueden moverse.
Al más mínimo toque, sus hojas compuestas se repliegan con rapidez.
Es perenne, va renovando las hojas a lo largo del año sin que la planta quede nunca desnuda. Crece hasta una altura de 1 m., emitiendo unos tallos ligeros, portadores de algunas espinas bastante fuertes. Florece en verano. Las flores son pequeñas, de color lila a rosado y forman inflorescencias esféricas al final de las ramas. El fruto es una legumbre de vaina fruncida y pilosa. Las hojas son verdes, compuestas y bipinnadas, de aspecto plumoso como los helechos y muy parecidas a las de la mimosa (Acacia dealbata), característica por la cual se le da la primera parte del nombre. La segunda parte del nombre, sensitiva o púdica, se debe a la timidez que aparentan las hojas, que poseen la extraña y sorprendente habilidad de retraerse cuando algo las toca. En su medio natural esto es una forma de protección frente a los intensos aguaceros, replegando el follaje para que no se quiebren las ramas nada más sentir las primeras gotas de lluvia. Además, con las hojas recogidas la planta se hace menos apetecible ante la vista de los hervívoros. El mecanismo de este prodigio consiste en unos depósitos de líquido que las hojuelas tienen en la base y que se vacían de golpe para recogerlas. Pasado el peligro y después de unos 5 ó 10 minutos sin sobresaltos, las hojas irán recobrando su postura habitual.

Floración en desarrollo de la mimosa púdica
Especies:
Mimosa sensitiva, es muy parecida, se diferencia en que tiene las hojas más grandes.
Originaria: de Brasil y otras regiones tropicales y subtropicales de América del sur.
Situación: crece mejor al sol, pero es mejor que no lo reciba directamente en las horas más calurosas del día. Es bastante resistente al calor. No aguanta igual de bien el frío y las heladas. Por debajo de los 14º ya empieza a resentirse.
Cultivo: la mimosa púdica es una planta bastante sencilla de cultivar. En verano se riega de forma abundante, fertilizando con abono líquido cada dos semanas. En los meses más frescos se reduce el riego, manteniendo el sustrato húmedo, pero echando agua sólo cuando la tierra este casi seca. También se puede cultivar en un tiesto, como planta de interior, en un lugar que sea luminoso, sin que las hojas reciban el sol directo al mediodía y en el que no haya corrientes de aire. Cuando el sistema de raíces haya crecido mucho, en primavera se puede trasplantar a un recipiente más grande, renovando de paso la tierra de la parte de arriba.

Aspecto como hierba rastrera de esta leguminosa originaria de Brasil
Poda: no la precisa.
Multiplicación: la mejor manera de reproducir la sensitiva en mediante las semillas, plantadas en sustrato húmedo, a una temperatura de unos 20º y a menos de 1 cm. de la superficie de la tierra.
Problemas: puede sufrir ataques de pulgones y cochinillas. Es muy sensible al humo, así no conviene fumar junto a ella ni situarla cerca de la barbacoa o de la chimenea. La planta consume mucha energía cuando recoge las hojas, por lo que no se debe toquetear mucho para no agotarla.