En: Ginkgo, maidenhair tree
El ginkgo es un árbol de lo más curioso. Aunque no lo parezca es una gimnosperma, como las coníferas, pero también es caducifolio. Es el árbol más antiguo que existe, el único que todavía representa a un orden que data del Mesozoico, del que han evolucionado el resto de los árboles. Además de ser un fósil viviente, en nuestros civilizados tiempos también es el único ser que ha sobrevivido en el núcleo de las atrocidades nucleares de Hiroshima y Nagasaki, donde al poco retoñaron los troncos de los ginkgos medio carbonizados.
El ginkgo pertenece a la familia de las ginkgoáceas. Es dióico, con sexos separados en plantas distintas. Los ejemplares jóvenes crecen muy despacio y tienen forma cónica; después forma una estructura más redondeada, bastante abierta, pudiendo alcanzar una altura de más de 30 m.
Hojas con la característica forma de abanico del ginkgo
El tronco es recto, firme y dominante, aunque no pierde las ramas bajas. Unos pecíolos largos sujetan las hojas grandes y verdes, con aspecto de abanico partido por dos lóbulos, que se vuelven doradas en otoño. Florece cuando surgen las hojas, en primavera. Los frutos maduran a finales de septiembre. Son amarillentos, pequeños como una ciruela, de cubierta carnosa que despide un olor muy desagradable cuando se rompe. Por el fruto se puede saber si el árbol es macho o hembra. Se prefiere plantar los pies masculinos para evitar el mal olor. Una vez desprendida la cubierta tóxica y apestosa del fruto queda una semilla dura que bien tostada es un alimento muy apreciado en China y Japón. Dicen que es la causa de que haya tanta gente centenaria por allí.
Detalle de una hoja de este auténtico fósil viviente
Variedades:
Ginkgo biloba “pendula”, de ramas colgantes.
Ginkgo biloba “fastigiata”, con porte columnar.
Ginkgo biloba “variegata”, de hojas con el margen amarillento.
Originario: de Japón y China, donde se le tenía por sagrado y ha sido cultivado desde hace milenios; parece ser que aún se conservan algunos ejemplares de entonces. Hasta el siglo XVIII no llega a Europa.
Cultivo: es atractivo y elegante, apropiado para los parques y jardines, siempre que sean de buen tamaño. Sin grandes exigencias, de cultivo relativamente sencillo, prospera en cualquier tipo de terreno, mejor si son ligeros y profundos y sin demasiada humedad.
Tronco de ginkgo
El abonado al comienzo de la época de crecimiento le ayuda a desarrollarse. Aguanta muy bien el frío, las heladas, la polución, las radiaciones… Su madera, de bastante calidad, se utiliza en Japón en usos domésticos.
Poda: en los árboles jóvenes la poda debe limitarse a los tallos que perjudiquen al principal. Se puede podar durante el reposo vegetativo, desde el otoño hasta que comience la primavera. Los ejemplares adultos no toleran bien la poda y no conviene intentar renovarlos, ya que las ramas que se cortan se suelen secar.
Multiplicación: mediante las semillas, si se plantan enseguida, o por esqueje. A pesar de ser una conífera y tal vez por ser tan peculiar, supera los transplantes con facilidad.
Frutos maduros y hojas vestidas de otoño del ginkgo
Hojas y frutos inmaduros del ginkgo