
Encephalartos horridus, originario de Sudáfrica y de la familia Zamiaceae,
forma densa matas de poca altura con sus tallos arqueados
La piña femenina tiene forma de huevo. Las semillas son de color rojo pálido a rojo intenso. Mientras crece la piña, las hojas no se desprenden, como pasa en otras cícadas. Los insectos se encargan de polinizar las plantas. Las semillas son esparcidas por pájaros, monos, babuinos y hasta por los elefantes, que comen la envuelta carnosa y desechan la semilla tóxica que acaba germinando a continuación. El nombre específico, horridus, hace referencia a las terribles espinas que exhiben sus hojas.
Variedades: en la naturaleza se encuentran una forma enana y otra más grande y robusta, diferenciándose en el tamaño del tallo y las hojas, mayores en la forma más grande.

Las hojas tienen numerosos foliolos rematados por fuertes espinas
Origen: esta cícada es una de las especies más singulares de Sudáfrica, de donde es endémica. Habita de forma natural en zonas de matorrales, praderas y colinas rocosas, con suelos profundos y fértiles. Son éstas regiones con escasas lluvias, calurosas en verano, de frías a templadas en invierno y con rarísimas heladas.
Situación: a pleno sol, en terrenos ligeramente ácidos, muy bien drenados. Soporta heladas de ligeras a moderadas. Es muy resistente y adaptable, se desarrolla sin problemas en las regiones templadas y subtropicales.
Cultivo: el encephalartos se cultiva por el aspecto único que le da la elegante curvatura y rigidez de su follaje, y su color azulado intenso, único entre las cícadas. Tiene un crecimiento lento. No conviene regarlo en exceso. Las plantas masculinas cultivadas pueden fructificar varias veces. En las plantas de cultivo también puede desaparecer el hábito enano.

El tono azulado y la curiosa forma de las hojas hacen muy atractiva a esta planta
Poda: los tallos y las hojas secos o enfermos deben retirarse para evitar la propagación de enfermedades.
Multiplicación: a partir de las semillas, aunque es más seguro comprar las plantas germinadas. También se puede reproducir mediante chupones de la planta madre, pero es más complicado.
Problemas: la recolección descontrolada le ha puesto en serio peligro de extinción en sus regiones de origen. No conviene plantarlo cerca de los caminos para evitar roces con sus “horribles” espinas. En sus áreas naturales tallos y tronco sufren el ataque de larvas de escarabajo, así como de hormigas y termitas que pueden dañar las raíces y partes subterráneas del tronco. Puede tratarse con insecticidas sistémicos.

Detalle de la base de la planta desde donde nacen los tallos