Hojas con forma acorazonada y la punta redonda del árbol del amor
El cercis es un arbusto grande o árbol de 4,5 m. Caducifolio, de hojas alternas, acorazonadas. Florece en mayo, directamente sobre las ramas maduras, antes o a la vez del nacimiento de las hojas. Flores amariposadas, rosas. La variedad Alba da flores blancas. El fruto en forma de vainas rojas madura en julio. Dice la leyenda que es el árbol de que se ahorcó Judas.
Habita: Viene de la zona mediterránea oriental.
Cultivo: Como ornamental. Tolera mal los climas atlánticos. Necesita veranos largos y calurosos para crecer y florecer bien.
Situación: No es para jardines fríos ni de suelos arcillosos.
Formación: Tiene una larga raiz central, por lo que sufre mucho con los transplantes. Se debe plantar en su sitio definitivo lo antes posible. Lo ideal es en primavera, antes de que broten la yemas.
Las flores del cercis nacen antes que las hojas, directamente sobre las ramas
Los ejemplares adultos tienden a inclinarse, necesitando a veces apuntalamiento en las ramas o ser renovados. Se puede formar como árbol de porte arbustivo con un tronco de 60-90 cm. La estructura la formarán 3-5 vástagos laterales bien espaciados.
Poda: Los ejemplares adultos no necesitan poda. Se pueden renovar con una poda drástica. De los rebrotes se eligen hasta cinco para crear otra estructura. También se desmocha para reducir su volumen y para que las flores estén más visibles. No se debe hacer una poda severa todas las temporadas. Los vástagos dañados por las heladas se eliminan a principios del verano. Pódese preferentemente en dias secos y de calor, en la primavera o en el verano.
Problemas: Sufre con el viento, que puede partir los tallos, facilitando así la pudrición del árbol. La ramas en mal estado son propensas al coral. Las afectadas se eliminarán al final del verano.
Tronco de un viejo cercis
Cercis florecido, pero aún sin hojas, a finales del invierno